Jose Cesar Muñumel, un profesor que marcó mi carrera

>> miércoles, 7 de abril de 2010

Me gustaría comentar, con vuestro permiso, que el paso por la Escuela Superior de Hostelería y turismo de Madrid, conocida por todos como "la Escuela de la Casa de Campo" fue la mejor época de mi vida, allí coincidí con compañeros que son mis mejores amigos hoy y con profesores que me enseñaron, de los que aprendí la profesión y a los que admiro y respeto con el deseo de llegar algún día a parecerme un poquito a ellos.

En la escuela no solo aprendí a cocinar para hostelería, también aprendí a comer (hasta ese momento siempre había logrado que mi madre me hiciera lo que me gustaba comer y había retirado el saludo a verduras, hígado, pescado....), ví las angulas de Aguinaga frescas, probé el salmón ahumado, abrí ostras, torneé para panaché de verduras a la inglesa (delicioso), pude desguazar una pierna de vacuno, pero además aprendí disciplina, a lavarme las manos al entrar en cocina, a afeitarme y mantener el uniforme en perfecto uso, a dar imagen de saber aunque fueras alumno de primer año, a trabajar con otros compañeros y en definitiva a sentirte parte de una familia desarrollando un trabajo.

Por todo lo que me ha dado, siempre que puedo paso por mi escuela cuando voy a Madrid, es mia, es mi escuela porque fue mi casa durante tres años y si tengo ocasión no puedo evitar acercarme y entrar, ver que ha cambiado, como está ahora, saludar a conserjes, personal de limpieza o profesores con los que coincidí o que simplemente has conocido por las visitas, mientras jubilabas a alguno de ellos. Comienzas a charlar y parece mentira que después de tantos años todavía se acuerden de ti, te llamen por tu nombre y pregunten por compañeros o familia. Después de un rato en ese edificio, recuerdas.... compañeros, profesores, servicios, broncas, platos, recetas, anécdotas....... y la sensación es maravillosa.

Allí, en la escuela de la casa de campo tienen muchísima importancia los antiguos alumnos, existe una asociación, se organizan cursos monográficos, excursiones, encuentros, congresos y una cena anual que te pone la piel de gallina. Puedes volver a ver a tus compañeros de anteriores y posteriores promociones, a grandes chefs que salieron de tu escuela y hoy son como tú, un antiguo alumno más......

No les cuento más mi vida, deseo que cuando Vds. sean antiguos alumnos de la escuela de hostelería de Salamanca, o como la conocemos todos "La Fonda" sientan por ella algo como lo que les he contado aquí. Quizás entonces esta página se pueda convertir en el lugar donde ver a los compañeros de estudios, de profesión o simplemente un sitio donde mirar y recordar.

1 comentarios:

Anónimo,  12 de octubre de 2016, 9:15  

E tenido la suerte de vivir lo mismo que describes en tus palabras, yo estudio segundo año de cocina y mi tutor y profesor fue en primero D.Cesar Muñumel, lo que aprendí con el fue tanto que no lo podría describir con palabras, a cocinar, a ser compañero, un enorme saludo para tan gran profesor Ángel (regleta)

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